Una iniciativa de la Asociación Cultural Pintia ha convertido una parcela anexa a la necrópolis de Las Ruedas en un lugar de recuerdo con enterramientos contemporáneos que acoge cenizas de seres humanos y mascotas. El objetivo es honrar a los seres queridos en un lugar con historia. El cementerio de Las Ruedas perdió su uso como tal en torno al siglo II d. C. y cayó en el olvido. No fue hasta mediados de los años ochenta del pasado siglo cuando, al realizarse la concentración parcelaria en Padilla de Duero, se redescubrió y comenzó a ser investigado... y expoliado de forma continuada.
Los requisitos para conseguir un espacio de enterramiento en este área son ser socio de la Asociación Cultural Pintia y abonar 750€ para depositar las cenizas de seres humanos (socios Sertorio) o 350€ para las cenizas de mascotas (socios Cierva blanca). De esta forma, se reserva un espacio de un metro cuadrado donde se depositará la urna funeraria en una tipología de tumba; los materiales de éstas sólo podrán ser piedra, hierro oxidado, bronce o cerámica, descartando otros como metacrilato o mármol, con el objetivo de dotar a todo el entorno de cierta estética uniforme. El terreno destinado a tal fin, sin contenido arqueológico y de media hectárea de extensión, ya alberga los restos de cinco personas y de dos mascotas. Además, existe otro espacio de recuerdo para los fallecidos con cenotafios, que cuenta con unas treinta tumbas conmemorativas, sin restos, pero con placas con dedicatorias para los seres queridos, a los que cada 1 de noviembre se les añade un macizo de flores para mantener vivo su recuerdo. Los importes recaudados por la Asociación Cultural Pintia serán destinados a continuar con las investigaciones en el yacimiento y al mantenimiento del patrimonio arqueológico que alberga y el entorno donde se integra.